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"La Igualdad de Género es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley", lo que significa que todas las personas, sin distinción alguna tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto

Sabemos bien que no basta decretar la igualdad en la ley si en la realidad no es un hecho.  Para que así lo sea, la igualdad debe traducirse en oportunidades reales y efectivas para ir a la escuela, acceder a un trabajo, a servicios de salud y seguridad social; competir por puestos o cargos de representación popular; gozar de libertades para elegir pareja, conformar una familia y participar en los asuntos de nuestras comunidades, organizaciones y partidos políticos.

El reconocimiento de la igualdad de género  ha sido una conquista histórica de las mujeres. Hace 250 años plantearse la igualdad de derecho era un hecho inconcebible ya que se consideraba que las mujeres eran naturalmente diferentes e inferiores a los hombres. Veamos...

Los gobiernos del mundo inician el reconocimiento de la igualdad entre mujeres y hombres como un derecho a inicios del siglo XX cuando se reconoció que las mujeres gozaban del mismo estatus jurídico para participar en la vida pública, tanto en cargos de elección popular, como en la economía y el trabajo.

Como se ha dicho, para que la igualdad sea una realidad es importante tener presente que no basta con la acción de los gobiernos. Los y las ciudadanas también debemos activarnos en consecuencia mediante la apropiación de los derechos y la capacidad para hacerlos valer. No obstante, aún queda un largo trecho que recorrer.

El Sexismo se refiere a todas aquellas prácticas y actitudes que promueven el trato diferenciado de las personas en razón de su sexo biológico,  del cual se asumen características y comportamientos que se espera, las mujeres y los hombres, actúen cotidianamente. Las prácticas sexistas afectan principalmente a las mujeres dada la vigencia de creencias culturales que las consideran inferiores o desiguales a los hombres por naturaleza.  Por ejemplo, nuestra sociedad asume que las mujeres tienen menos capacidad para tomar decisiones, participar en la política, ser líderes empresariales o profesionales competentes por méritos propios. La forma cómo dichas creencias se reflejan en el lenguaje y en las prácticas cotidianas da lugar al sexismo.

Una condición indispensable para alcanzar la igualdad es erradicar el sexismo de nuestro lenguaje. A continuación aprenderemos algunas claves que nos permitirán sumar nuestras acciones a este objetivo.

Para iniciar, es necesario entender el significado de algunos términos como: sexismo y androcentrismo.

El sexismo puede incluir diferentes creencias o actitudes:

  • La creencia de que un sexo es superior o inferior al otro.
  • La actitud de misoginia (odio a las mujeres) o misandria (odio a los hombres).
  • La actitud de imponer una noción de masculinidad (género) a los hombres (sexo) y una noción de feminidad (género) a las mujeres (sexo).
  • El menosprecio o la ocultación de las mujeres.
  • La burla o la descalificación hacia la apariencia o conducta de las mujeres o de los hombres.
  • Referencias que aluden despectivamente a la sexualidad de hombres o mujeres.

Una condición indispensable para lograr la igualdad es erradicar la discriminación como práctica de exclusión, ya que lesiona el ejercicio de los derechos fundamentales de las personas. Saber cómo evitarla, requiere comprender qué es la discriminación.

Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el término "discriminar" tiene dos significados que se indican a continuación:

1. tr. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra y;

2. tr. Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.

La clave de esta definición radica en la consideración de los efectos que, los actos de diferenciación, tienen sobre los derechos de las personas.  Lo que significa que no todo acto de diferenciar en sí mismo constituye un acto discriminatorio.  Éste solo se produce cuando la diferenciación afecta el reconocimiento de los derechos y la igualdad de oportunidades para ejercerlos.

Conviene subrayar que no se afirma aquí que debemos tener el mismo e idéntico trato hacia todas las personas que conocemos y con quienes interactuamos a lo largo de nuestra vida, porque sin duda el ejercicio de la libertad de elección y pensamiento nos puede llevar a tener preferencias que, aunque puedan ser cuestionables desde el punto de vista personal, no constituyen lesiones a los derechos fundamentales de las personas.

Por eso, es muy importante saber identificar las situaciones que sí constituyen un acto de discriminación de otras que sólo son una acción con fines organizativos o de clasificación para lograr alguna tarea o función. Para ello, puedes realizar la siguiente actividad.

Como se aprecia ambos significados son diferentes: uno refiere al simple hecho de diferenciar, y el otro pone el énfasis en el trato social diferenciado. 

Este último significado es el que más se acerca al sentido jurídico y de justicia que revisaremos a continuación, ya que subraya un componente no deseable de las relaciones entre las personas y entre los grupos sociales. 

Tal y como lo establece la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación promulgada en nuestro país, se entiende por ésta:

"Toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas".

Cuando hablamos de "Violencia de Género" por lo general se cree que es por parte del hombre hacia la mujer, pero no siempre es así, y según un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México 8 de cada 10 hombres han sido maltratos por su novia.

En realidad suena un poco gracioso porque siempre se asume que los hombres son “quienes llevan los pantalones en la relación” pero la violencia no es un juego, por el contrario es una situación realmente preocupante, y los estereotipos y la vergüenza son los principales causantes de que no se propague y no se denuncie.

¿Cuáles son los tipos de maltrato hacia los hombres?

1. Degradación: Este es un tipo de violencia que se ejerce en ambos tipos de género. Consiste en hacer que la otra persona se sienta desvalorada, y se cree una dependencia frente a su pareja. "No sirves para nada, eres un tonto".

2. Cosificación: El hombre deja de sentirse una persona para empezar a ser un objeto inanimado que solo obedece órdenes, no tiene la capacidad de dar opiniones ni pensar. Se convierte en una cosa y pierde su identidad.

3. Intimidación: Este tipo de violencia consiste en amenazar a la otra persona a fin de mantenerlo alerta y ansioso, lo que podría obligarlo a sentirse realmente mal con mucho miedo y temor. Algunos ejemplos son: "¡Vete de casa!, me voy a marchar con tus hijos y te vas a quedar solo, como sigas llegando tarde un día me vas a encontrar muerta".

4. Sobrecarga de responsabilidades: Es obligar a los hombres a asumir todas las responsabilidades, ya sea de la familia o de la relación. Él tiene que asumir todo y ya no tiene tiempo ni cabeza para relajarse ni pensar en nada más. 

5. Privación: Este tipo de violencia consiste en hacer que el hombre se aísle de todos, es decir lo hacen elegir entre sus amigos o su pareja, o entre su familia y su pareja. Limitan y reducen sus posibilidades de socializar.

6. Distorsión de la realidad subjetiva: Este tipo de violencia se relaciona con la transformación de la percepción de la otra persona. “Al hombre se le crea una sensación de confusión, de duda constante. Se encuentra cuando la pareja apela a la superioridad de su lógica o su razón, cuando miente lo evidente o le engaña y le hace ver que está confundido, cuando una cosa pequeña le pone la mayor importancia para hacerle sentir culpable”.

7. Estrategias defensivas: Este tipo de violencia es psicológica y es similar a la victimización, hacer sentir al otro culpable de todo lo que sucede.

8. Violencia física: ¡Nunca se deben permitir! Una simple cachetada o un empujón son ejemplos de violencia, ¡no lo permitas!.

¿Por qué no denuncian?

1. Falta de apoyo: Tanto jurídico como del Estado, la falta de apoyo va por ambos lados. No existen leyes que protejan a los hombres maltratados, todos hemos escuchado hablar del feminicidio pero ¿alguien escuchó sobre el hombricidio? A eso se le suma que no hay líneas de ayuda al hombre maltratado.

2. Problemas de credibilidad: ¿Alguien de tu familia te creería si le cuentas que tu novia ejerce violencia sobre ti? ¿Qué diría tu familia si dices que eres un hombre maltratado? Ese es un motivo por el cual los hombres no denuncias, no tienen apoyo ni familiar ni de su entorno social.

3. Mostrarse débil: Esto genera sentimientos de humillación, o de culpa. El hombre se siente muy mal y tiene miedo a que su hombría se vea vulnerada o afectada.

Lo más importante es que la violencia, en cualquiera de sus géneros, no debe ser permitida bajo ninguna situación, recuerda siempre que el amor no duele y no nos debe hacer sentir mal, ni mucho menos causarnos daño.